viernes, 2 de marzo de 2012

Epístola

Cuídalo bien, maldita, zorra, porque nunca tendrás a nadie que sea igual que él. Dale todo lo que se merece, no escatimes, nunca te guardes un beso si se lo puedes entregar, ni nunca reprimas una caricia si la puedes apoyar sobre su mejilla. Nunca dejes que llore, jamás, ni una sola lágrima, dile que hay tanta gente que le ama aunque él no sea consciente que no puede permitir rendirse por nada del mundo. Susúrrale cada mañana lo guapo que está, dile lo mucho que te conmueve su música, hazle el amor como nunca se lo hiciste a nadie, hasta que notes cómo se le sale el corazón. Cuéntale todo lo que sientes, sabes perfectamente que él sabrá escucharte. Perdónale si se encuentra cansado, espérale si alguna vez se va, concédele soledad si la necesita. Recuérdale que es lo más bonito que tienes en tu vida, y que jamás vas a dejar que se vaya.



No, estúpida, no estoy llorando. Cállate.


"Yo te amo, sí. El que tú no supieses nada de ello fue culpa mía. Pero no tiene importancia. Tú has sido tan tonto como yo. Trata de ser feliz"
El principito.

1 comentario:

  1. Pues, me voy a callar, porque, yo tampoco estoy llorando, hermana. SUBLIME citar ese fragmento de uno de mis libros favoritos, la canción es sin duda idónea. PERFECTA, ahora, sólo quedará, que esa maldita zorra NO ose desgajarle el ♥ o la MATAMOS.

    ResponderEliminar