domingo, 20 de octubre de 2013

Epístola en honor a un mata-titanes

Para Armin:

Hola pequeño. ¿Cómo te encuentras? Verás, te escribo esta carta para excusar mi marcha. Hace demasiado tiempo que mis errores condicionan tu felicidad. No quiero volver a verte haciéndote daño o llorando por las faltas que yo cometí. He sido una "mamá" horrible y de veras que lo siento tanto como nse puede expresar. Te he arrebatado a la gente que más querías por un rifirrafe y ahora ya no puedes volver a verlos jamás. Pero mi lindo niño, seca las lágrimas de tus ojillos azules, deja el pitillo sobre la mesa y mírame. Eres libre. Libre de hacer lo que tú quieras en este plano de la realidad. Libre para decidir y trazar tu destino.

Armin, tienes a tu lindo esposo que te guiará entre la oscuridad. Volverás a dormir en casa de Rei y Nagisa, cuidar de tus hermanos, jugar con Fleming, comer helado de manzana con Makoto. Porque, mi vida, ya no quiero dirigirte más. Ahora eres tú el que debe continuar su historia.

Mata a todos los titanes que puedas. Sé el mejor en tu trabajo. Ten ese hijo tuyo que tanto ansiabas. Vive. Vive lo más intensamente que puedas. Vive sin que nadie te haga sentir mal. Vive desoyendo los insultos, las advertencias. Vive lo mejor que sepas y yo estaré muy orgullosa de ti.

Supongo que esto es un adiós. Te diría que quizás es un hasta luego, pero no quiero que lo sea. Cada vez que escuches chillar el viento soy yo llorando porque te echo mucho de menos. Ojalá pudiese en este momento abrazarte bien fuerte, pero se nos acaba el tiempo.

Tu "mamá" que siempre te ha querido.

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